viernes, 11 de marzo de 2016

Siempre debe ser el día de la mujer

Basta con que se acerque una fecha tan señalada como el Día Internacional de la Mujer y que los gestos y ocurrencias varias, para "hacer más igualitaria la sociedad", se multipliquen. Si creía que nada podía superar a corto plazo la memez de los semáforos paritarios en Valencia (por cierto, mucha paridad, pero a la mujer la identifican con falda), poco después presentaban sendas proposiciones los grupos parlamentarios de Podemos y Compromís para "acortar" el nombre del Congreso de los Diputados y dejarlo únicamente en "Congreso". Casi hubiera preferido que lo alargaran a "Congreso de los Diputados y las Diputadas".


Señores, la igualdad, la de verdad, es una cosa muy seria que no se logra a base de tonterias porque, como ya apuntaba Forrest Gump, con más sentido común que la media, "tonto es el que hace tonterias". Si en sociedades desarrolladas como la española, donde el avance hacia la integración de la mujer y su progresiva igualación con el hombre ha sido espectacular, tenemos conciencia del camino por recorrer que nos queda, mejor dejarnos de marramachadas y ponernos a trabajar.

Las principales organizaciones internacionales  recogen la igualdad de género como uno de sus principios fundamentales. No se les escapa que, al interno de los sociedades de muchos de los países que las integran, existe un alto grado de desigualdad, violencia y discriminación hacia las mujeres. Nacer mujer es casi una condena a muerte en muchos países donde el infanticidio femenino es práctica habitual, así como condición que imposibilita o dificulta enormemente su acceso a bienes básicos como la educación, empleos y salarios dignos o la mera posibilidad de elegir por sí mismas con quien se quieren casar.

Las Naciones Unidas recogen en su Carta fundacional este propósito en su artículo 1, al referirse a la lucha contra la desigualdad y al respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religion. Apenas creada la ONU, ya estaba funcionando en 1947 la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (algo más detallada, pero en inglés, se puede acceder a la historia de esta Comisión aquí), cuyos primeros logros serían el uso de un lenguaje más inclusivo (algo novedoso en la época) en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer en 1953; además de otras muchas convenciones sobre otras cuestiones: nacionalidad de la mujer casada (1957), consentimiento para el matrimonio, edad mínima para contraerlo (1962) y otros. Pero su mayor éxito es sin duda, tras la declaración por parte de la ONU de 1975 como Año Internacional de la Mujer, y la organización la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en México ese mismo año, la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer en 1979.

Pero la actividad de las Naciones Unidas no ha quedado ahí. En el ámbito de los conflictos armados, donde la mujer está siempre sometida a un plus añadido de indefensión y violencia, el Consejo de Seguridad ha aprobado desde el año 2000 siete resoluciones específicas para incluir una perspectiva de género en la prevención y solución de los conflictos, la consolidación y el mantenimiento de la paz. Unos muy necesarios instrumentos de empoderamiento de las mujeres que se encuentran acompañados por la creación de estructuras, dentro de la familia de Naciones Unidas, como ONU Mujeres en 2010

¿Y qué pasa en Europa? Ya el Tratado Constitutivo de la Comunidad Económica Europea recogía en 1957 el principio "a igual trabajo, igual sueldo". Desde entonces, el avance ha sido imparable y muy notable en las áreas de legislación sobre la igualdad de trato, integración de la perspectiva de genero en el conjunto de las políticas comunitarias y adopción de medidas concretas para la promoción de la mujer.

¿Cómo se materializa todo esto? Entre otras cosas, en la Estrategia para la Igualdad de Hombre y Mujeres 2010-2015 de la Comisión Europea, que era un programa marco global para promover la igualdad de género en todas sus políticas, con estas prioridades:
En diciembre de 2015 se aprobó su sucesor, el Strategic engagement for gender equality 2016-2019 (Compromiso Estratégico para la Igualdad de Género), centrado en cinco áreas similares, pero cuyas descripciones hacen ver una mayor madurez de las políticas de género:

Para más información en relación a los progresos realizados por la Unión Europea en esta materia, se puede acudir a los informes sobre igualdad entre hombres y mujeres que presenta anualmente la Comisión. Además, es posible encontrar en eur-lex síntesis de la legislación comunitaria en materia de igualdad de género y, aquí, una somera síntesis de la legislación comunitaria y de la evolución jurisprudencial.

España, en virtud de la firma y ratificación de tratados internacionales y de su pertenencia a la Unión Europea, ha ido adoptando legislación conforme a estos principios de igualdad. En 1983 se crea el Instituto de la Mujer, actual Instituto de la Mujer y para la igualdad de oportunidades, cuya misión es:  "promover y fomentar la igualdad de ambos sexos, facilitando las condiciones para la participación efectiva de las mujeres en la vida política, cultural, económica y social, así como la de impulsar políticas activas para el empleo y el autoempleo de las mujeres y la de fomentar y desarrollar la aplicación transversal del principio de igualdad de trato y no discriminación." Por otro lado, si bien hubo antecedentes de leyes autonómicas en materia de igualdad entre hombres y mujeres, no es hasta 2007 que se aprueba a nivel nacional la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva entre mujeres y hombres. Previamente fue aprobada en 2004 la Ley Orgánica de medidas de protección integral contra la violencia de género y creados juzgados específicos de violencia sobre la mujer. Por cierto, fantástico el trabajo que realizan diversos observatorios, como el Observatorio Estatal de Violencia de Género y el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del poder judicial.

En fin, más trabajo y menos tonterias en cuestiones de género. Confío en que les haya resultado de interés el artículo.

No hay comentarios

Publicar un comentario

© La Justicia Como Equidad
Maira Gall