lunes, 29 de febrero de 2016

La democratización por la tecnología

Como aficionado a la divulgación científica y a la tecnología, no puedo dejar de pensar en como se ha democratizado, en general, el acceso a la educación, la cultura y la tecnología con el paso de los años. Uno cuenta ya con una edad en la que recuerda haberse iniciado en la informática en clases extraescolares, con ordenadores que contaban con procesadores 286, en un momento en que windows 3.1 era una novedad y lo importante seguían siendo MS-DOS (usar comandos mola, las interfaces gráficas están sobrevaloradas). Casi recuerdo con nostalgía babear viendo portátiles 386 con pantalla monocromo o haber picado código de micromanía en un Spectrum de 128 kb. Eran máquinas que no tienen ni punto de comparación con cualquier móvil actual, ni siquiera de gama baja, pero que tenían un coste, teniendo en cuenta las prestaciones, claramente superior. ¡Bendita Ley de Moore!

Sello británico dedicado la creación del World Wide Web, que tantas puertas ha abierto
Sin embargo, ¿es necesaria tanta potencia en un ordenador? Verdaderamente no. Esa filosofía es la que mantiene el proyecto Raspberry, que el 29 de febrero de 2016 celebra los cuatro años del lanzamiento de la Raspberry pi 1 Model A, que revolucionó el concepto de lo que entendemos por un ordenador, y ya está próxima una Raspberry pi 3. Reujeron el ordenador a su mínima expresión:una placa base de tamaño similar a una tarjeta de crédito, con el microprocesador y la memoria RAM integrada, entradas HDMI, USB y ranura microSD. Así, basta con cambiar la tarjeta, que es el disco duro, para que se pueda hacer de la Raspberry pi lo que se quiera: aprender a programar, un media center, una consola retro, un ordenador al uso con alguna distribución de linux, una estación meteorológica... ¡Hasta habrá dos Raspberry Pi en la Estación Espacial Internacional en breve! Es justo decir que gran parte del éxito de Raspberry se debe a una comunidad muy activa de desarrolladores de proyectos, ya que existen alternativas de inspiración y precio similar (o decididamente más caros, pero más potentes). Por otro lado, la entrada HDMI permite conectarlo a cualquier monitor de televisión.

Hubo proyectos anteriores de ordenadores baratos, como los portátiles de bajo coste del proyecto One Laptop per Child auspiciado por Negroponte. Éste ha recibido críticas tanto por el sistema operativo libre usado, más bien limitado, y por el carácter más comercial que meramente humanitario del proyecto. Sin embargo, de su desarrollo surgieron los actuales netbooks, que reduciendo la velocidad de reloj del procesador y la pantalla, buscaban aumentar la vida útil de la bateria y reducir el peso del equipo. 

Eso sí, el "nativo digital" medio encontrará raro y confuso el hecho de tener que entender y aprender el uso de comandos y que hay vida más allá de Windows y Mac OS. Por fortuna, los tutoriales en internet hacen la vida algo más fácil a los que nos introducimos en este mundo de infinitas posibilidades. Por no extenderme en la parte tecnológica, tendré que pasar de puntillas sobre la plataforma Arduino, de código abierto también y que cuenta con múltiples sensores que le permite interactuar con su entorno.

¿Y qué hay del acceso al conocimiento? Wikipedia ha supuesto un antes y un después en las discusiones de bar, aunque hay que ir con cuidado con ciertos bulos que se cuelan a veces durante años o la dificultad para lograr entradas relativamente neutras (las de Israel y Palestina son un clásico de controversias sin fin). En cualquier caso, un proyecto fantástico.

Su complemento literario, de obras de dominio público, sería el Proyecto Gutenberg, cuya biblioteca no para de aumentar desde su creación en 1971. No hay demasiados títulos en castellano, pero los que hablamos otros idiomas tenemos un filón si nos gustan algunos clásicos modernos, como G. K. Chesterton. Posiblemente mi autor favorito. Pero si buscan algo más moderno y técnico, quizás el proyecto Open Libra les sea de más utilidad. Hay bastantes títulos científicos interesantes. 

En lo referente a artículos científicos, nos topamos con un mundo aparte que se ha convertido en un negocio editorial, donde se vende a precio de oro publicaciones por las que los investigadores y los pares no cobran, pero por las que otros deben pagar para poder usarlos. Hay que entender en este contexto que muchos consideren a la neurocientífica rusa Alexandra Elbakyan una suerte de Robin Hood de la ciencia, al haber liberado más de 48 millones de artículos científicos en Sci-Hub.

La demanda social de formación continúa en las universidades u otras instituciones de educación superior, más allá de lo que es una licenciatura o master al uso, ha tenido respuesta por su parte con la aparición de los MOOC (Massive Open Online Course); cursos de todo tipo dirigidos a un público masivo y totalmente online. En España la UNED se ha unido a esta iniciativa, pero no es la única. Por poner dos ejemplos que me son cercanos, la Universidad de Valencia o la Universidad Politécnica de Valencia tienen sus propias plataformas MOOC.

Si se sienten con ganas y tienen curiosidad, anímense a explorar y experimentar. Nunca fue tan fácil ni hubo tantos recursos a nuestra disposición.

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